Segunda parte
Avispero: la fiesta de Florencio Salazar Adame
Después de brincar por varios cargos políticos hasta mayo de 2008 que el presidente Felipe Calderón, turnó al Senado de la República el nombramiento de Florencio Salazar Adame como Embajador de México en Colombia: funciones realizadas como militante del Partido Acción Nacional. A partir del 27 de octubre de 2015 ocupa el cargo de Secretario General de Gobierno del Estado de Guerrero, nombrado por el gobernador Héctor Astudillo Flores, retornando a su origen político: el PRI, luego de su renuncia a la militancia del PAN en el 2014. El regreso a Guerrero y al partido de su juventud se puede presumir como una tranquila jubilación.
¿Quién más es Florencio Salazar Adame? Tiene como pasatiempo la poesía: en sus ratos libres se dedicó a escribir poemas. Su gestión en la embajada de México en Colombia le alcanzó para hacer relaciones literarias en aquel país, aparece como invitado al Festival Internacional de Poesía en Bogotá 2011; además, la Universidad del Meta de Colombia, le otorgó el doctorado Honoris Causa en Ciencias Políticas el mismo año.
Florencio ha sido el artífice a quien se le ocurrió organizar un “Festival de Poesía” donde estuvieran presentes en la inauguración Héctor Astudillo, los escritores invitados y, un considerable número de acarreados que sirvieran de bulto para llenar y vender la idea de que al gobernador le interesa la cultura, particularmente la poesía.
Curiosamente el evento se realizó en Casa Guerrero, la que el mismo Héctor Astudillo cerró al inicio de su mandato cuando el entonces Centro Cultural Guerrero tenía una vida útil como espacio cultural, después de la inauguración de Avispero volvió a su antigua función como casa del gobernador. Una suerte de panteón a puerta cerrada.
No es extraño que en este evento se haya derrochado el dinero cuando la orden vino desde la esfera más alta de la política local, es interesante saber cuánto fue el costo total de dicho festival. Es importante acotar que el Avispero tenía como propósito llevar las actividades a las colonias y a las escuelas públicas de la ciudad, pero resulta extraño que desde el inicio se programó en periodo vacacional, en los días en el que varios de los estudiantes regresan a sus comunidades y, para colmo, en época de lluvia.
En Guerrero son públicas las asperezas y la falta o nula comunicación que existe entre la Secretaria de Cultura, Alicia Sierra Navarro y el Subsecretario de Cultura, Mauricio Leyva Castrejón, con el fin de ganar terreno y empoderarse -cada quien por su lado-, dicen, sí, a todo. Mientras Alicia, orgullosa, colabora en la presentación del libro de Joan Sebastián en Taxco, donde está presente el gobernador y, el evento se vende como la octava maravilla; Mauricio Leyva Castejón hace lo propio en el Festival Internacional de Poesía Avispero. Es decir, cada quien lo suyo.
Como dato curioso el gobierno del estado, a través de la Secretaría de Cultura publicó dos libros para regalarse durante el Avispero, los libros son de dos autores amigos de Florencio Salazar Adame: Fernando Herrera Gómez, poeta colombiano y Jorge Alucinio, poeta argentino; con la editorial Ediciones sin nombre. En ninguna parte de ambos títulos aparece el tiraje publicado; aparte, tampoco se sabe porqué sólo publicaron a estos autores y a dónde van a ir a parar los libros. Hasta ahora ninguno de los dos autores ni los títulos aparece en el catálogo de Ediciones sin nombre. Cabe destacar que Colombia participó en el Festival Avispero con tres representantes: Fabio Jurado, Hugo Jamioy y Fernando Herrera, teniendo este país una presencia notoria. Lo anterior no pone en cuestionamiento la calidad literaria de los tres ni de ninguno de los poetas invitados.

Qué ha pasado después de Avispero, qué cuentas puede dar por sí sólo el festival, a cuánto público llegó, qué seguimiento va a tener, por qué con tanto dinero no se hicieron 5 o 10 Avisperos en distintos municipios o en distintas colonias de Chilpancingo. 
EL AVISPERO
Recientemente concluyó el Festival Internacional de Poesía Avispero, realizado en la ciudad de Chilpancingo, organizado por la Secretaría de Cultura de Guerrero. Es importante subrayar que para este evento se aportó una cifra (aún no oficial), pero por el derroche es un número mayor a la que tuvo la Feria Internacional del libro de Iguala, la Feria del Libro Guerrerense o cualquier otro programa literario en lo que va de esta administración. Además de que para este evento se llevó a gente de otros municipios que sirvieran como público y que participaran en los talleres, con gastos pagados. El recurso es lo menos valioso cuando se invierte en programas notables como el Avispero. Se agradece a la secugro la visión y la urgencia de realizar esta clase de festivales literarios, principalmente por la calidad de los poetas invitados. 
Una de las estrategias para generar públicos en cualquier ciudad de Guerrero (supongo que en otros estados es lo mismo) es involucrar a éste. Con público no sólo me refiero a los escritores y lectores locales (que no sean meros espectadores), pues son ellos, finalmente, quienes participan activamente en los talleres y en las actividades, los demás son acarreados. 
No entiendo por qué “sólo hubo un poeta nacido en la entidad”: Ulber Sánchez, (Tepetixtla, Guerrero). No lo entiendo porque en Guerrero hay una gran camada de poetas jóvenes nacidos o con muchos años radicados en el estado como Ángel Vargas, Zel Cabrera, Yelitza Ruiz, Adriana Ventura, Emiliano Aréstegui, Jorge Manzanilla, Geovani de la Rosa, Ari J. González, entre otros. No me explico por qué un festival en su primera emisión no tomó en cuenta a los escritores de casa: no eran internacionales, empañan o demeritan el programa, siempre los mismos, yo no los conozco, no me llevo con ellos, etc.
No sé si en Puebla, Guadalajara o Monterrey existe un festival, encuentro o programa literario en el que no participen sus escritores locales y sólo inviten a autores de otras zonas del país. No sé si en México haya un festival literario donde ocurra lo mismo y, el 95% de los participantes asistan de otros países. Es loable que el festival se haya llevado a cabo en Chilpancingo, capital del estado; ojalá vengan más eventos de esta categoría y en otros municipios como Zihuatanejo, Taxco, Iguala, Tlacotepec, Ometepec, Tlapa, entre otros; si la propuesta es descentralizar (aunque sigo sin entender de qué lo van a descentralizar: ¿de Acapulco?).

Qué tan significativo es que la secugro logró involucrar al gobernador Héctor Astudillo en un evento literario, no porque su presencia sea necesaria, sino porque el gobernador pudo darse cuenta que la cultura y el arte ha sido una de las tantas asignaturas que tiene pendientes. Esto me da un poco de esperanza –al menos– de ahora en adelante los eventos literarios tendrán el mismo respaldo institucional e igual apoyo económico. Esperamos más festivales para un estado convulso y violentado; que formen públicos y que involucren a sus autores.

No oigo, no oigo, soy de palo, tengo orejas de pescado.

Quiero saber quién es el guapo que le compra a Astudillo Flores, el sarcasmo de que la cultura es importante en su gobierno. No conforme de que el crimen organizado nos está poniendo en la madre por todos lados. A sólo 4 meses de la nueva administración, estamos viviendo una de las rachas de inseguridad más complicada que se recuerde.

Alicia Sierra Navarro
1.- El gobernador colocó como balón de fútbol sobre el césped, a una señora que no tiene visión de campo, táctica, equipo, etc., no sabe que la pelota se mete en la portería contraria y no sobre su mismo arco. Se la ha pasado en el banquillo sin despeinarse, ya no digamos sudando la camiseta, además se la lleva de socialité en socialité, infiltrándose en partidos que no tienen que ver con su liga, eso sí, va como loca detrás del balón en espera de que le tomen la foto para presumir en su portal. Parece que a su entrenador no le importa que su jugador número 10 se la viva como reina de la primavera de Taxco, y no como capitana de la secretaría de cultura de Guerrero. La tribuna está a la espera de que Alicia Sierra Navarro se saque una chistera de la manga, un regate, un buen pase al compañero o un tiro certero al guardameta. Alicia, dijo en una rueda de prensa, que su papel es jugar de creación o enganche. Los espectadores se rieron de las declaraciones porque solamente la han visto de recambio y jamás ha tocado el balón.

Complejo Cultural Guerrero
2.-   Durante muchos años Casa Guerrero fue la residencia oficial de los gobernadores de la entidad, además de ser un coto de poder derrochado. Afortunadamente el año pasado se logró que la residencia se convirtiera en un complejo cultural.  Existía una orquesta infantil, salas de exposiciones, teatro al aire libre, fonoteca, ludoteca, un planetario, entre otras cosas. Comenzaban a fluir diversas actividades artísticas, recreativas y ambientales. Era un proyecto ambicioso, necesario para el estado de Guerrero, sumido en la violencia, la pobreza y la desigualdad. Héctor Astudillo Flores, terminó con el proyecto de trancazo, lo volvió nuevamente la casa de los políticos, es decir, un desperdicio de terreno. La justificación fue la siguiente: La gente no acude a los espacios culturales.

Centro Internacional Acapulco
3.-  El día de hoy amanecimos con la noticia de que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) edificará el proyecto del Nuevo Centro de Convenciones de Acapulco, ahora será un hotel y un campo de golf. El proyecto ya estaba contemplado en  la base presupuestal del Programa Nacional de Infraestructura 2014-2018, en el rubro de Sector Turismo, estrategia 6.2 que fue justificada de la siguiente manera: “promover la creación de nueva infraestructura turística para la diversificación de la oferta del sector”. El proyecto está avalado por la Secretaria de Hacienda y Crédito Público, para fortalecer el Programa Sectorial de Turismo. En esta licitación resultó ganador el despacho privado Bureau de Política Pública como lo indica el Portal de Transparencia Federal, celebrándose el contrato por adjudicación directa el 12 de Agosto de 2013 por un monto de $2.132.085,80, sin embargo la misma consultora también firmó un contrato el año pasado por Estudios de Factibilidad Técnica, Legal, Económica y Ambiental del Centro de Convenciones de Acapulco, Estado de Guerrero por la cantidad de $3.488.153,66. Estamos hablando de miles de millones de pesos para una consultora ¿quién será el dueño o los dueños? ¿por qué se manejan montos estratosféricos y el presupuesto para cultura está jodido? ¿a dónde diablos vamos a parar? Cada mes va a la alza la cantidad de muertos, como nuca en la historia, pese a que algunos medios zalameros intentan ocultar la información. Un monstruo no se puede tapar con la mano. No se necesita gracia para gobernar el estado, ni que todo se deba de resolver a punta de armas. En este momento la seguridad me perece tema prioritario, tan vital como la educación y la cultura.

(si alguien gusta consultar acá dejo los links)




Serial: Vértigo trágico en el trópico

Hugo Garduño 20/10/12 
Si aquel o aquella: para ser políticamente correcto, que comience a leer este poemario no tiene en absoluto ningún antecedente, para más o menos darse una idea de lo que encontrará en él, Serial habrá de en ese inicio presentársele como una muy interesante sucesión de composiciones bien logradas. Podría lo que se describe ahí ser ficción y quedaría muy bien. Sin embargo no resulta así. Serial, de Antonio Salinas Bautista se revela como una obra aún más relevante y al mismo tiempo atroz, porque lo que ahí se recrea; y lo que también parecería fotografiarse en instantáneas, no es fantasía: Es pura, total realidad; y hace seis o diez años esa misma realidad habría podido considerarse muy difícil de creer, por ser tan espeluznante. En cambio ahora y durante los años de este sexenio que agoniza, parecería que se ha vuelto costumbre la carnicería cotidiana que se sucede sin cesar en las noticias; pero para las víctimas, o frecuentes testigos de tantos hechos de violencia, el terror, el trauma de estos años infames de ningún modo es mera noticia ya sabida, poca cosa. Todo lo contrario, este tiempo negro es una pesadilla ya insoportable. Y es de suponerse, que Salinas Bautista hubiera preferido no tener que hablar de todo ello, por como todos, preferir que no sucediera. Sin embargo lo hizo, no eligió bajar la vista, o cómodamente voltear hacia otra parte. Esta obra es un compromiso no sólo de Salinas Bautista con su experiencia de vida, sino también con el aciago tiempo que le ha tocado vivir desde su ciudad: El testimonio de su tiempo, su versión de lo sucedido en el mismo. No la pura fantasía vacua, que como cliché tanto se le endilga a la poesía, y desafortunadamente tantos autores se empeñan en ejercer. Y por el camino que sea, entre más se penetra, se desnuda, se exhibe a la realidad sin ningún temor en hacerlo, más verdadera y palpitante es la propuesta artística.
Lo que se presenta en Serial, está dicho sin drama exagerado y sin ningún artificio que estorbe. Al principio aparece en prosa poética, la recreación de un sitio querido que se mira ya muerto, con la sombra de todo trastornado, y una historia ahí dibujada que flota. Y como amenaza cumplida termina desencadenándose la violencia. Usando siempre un acertado lenguaje poético, como si fuera inevitable,llega el socorrido tema de la amada. Podría pensarse que hasta ahí llega el empuje e indignación del autor, y partir de ahí se va a tener a dicha amada siendo el eje obligado de esta obra. Afortunadamente no sucede así, pues Serial continúa con esa acertada forma de decir, dando un testimonio no sólo de hechos, sino además profundamente vivencial y humano. Y transmite una luz intensa, no alegre sí amenazante, aunque con la palabra amor todavía por ahí revoloteando. En el texto número cinco, el poemario salta nuevamente a lo acertado de su inicio, con un magnífico híbrido de poema con cuento fragmentario cortísimo, como fotografía de un instante, con la tensión de quién cuenta. Igual a los disparos, fulminantes, que acribillan esas diez líneas. Después surge el humor certero, hasta para saltar a la carcajada. Pero detrás de ese lenguaje delincuencial que puede ser hasta chistoso, está preponderante la descarnada realidad del crimen. Sigue el ascenso y el autor continúa dando sorpresa con humor, ingenio en el lenguaje, por esa torcida realidad necia, en otra y ácida buena composición. Quizá algún extranjero, alguien muy distante de esta situación terrible en estos años fatídicos de Calderón, no podrá reconocer del todo, alguna de estas para mí, postales. Reconocibles de in mediato, para quienes en este país, en este tiempo las hemos vivido.
  “Un disparo reciente nubla el teatro”: con estas palabraspuede imaginarse tanto, así de certero es Salinas Bautista. Y de un dicho, que estupendo puede caber en prosa, el híbrido de buen prosista y poeta desborda su gran ingenio en otra postal redonda.
  Y si se pudiera hablar con lo anterior de altura en los aciertos de este libro, lo que sigue es para quedar perplejos, por lo aún más más contundente y redondeado de cada estampa plasmada. Pues a manera de poema-cuento-foto, una muy buena mezcla que puede recordar en lo narrativo, a los brevísimos cuentos de Eduardo Galeano, el poemario ya en la parte siguiente cambia en su manufactura. Y por su propia cuenta Salinas Bautista deslumbra. Textos placenteramente gráficos, cuando el autor dice luz ésta puede verse; y en todo aquello transcurrido en las sombras, la noche puede sentirse. Hablar a detalle, de cada una de las que pudieran considerarse postales-fotografías verbales, sería muy extenso. Sin embargo no es para menos, pues cada una en su brevedad, abarca más de sus pocas líneas: dicen mucho más, de lo que ahí está escrito. Afortunadamente inclasificables, los poemas de la primera mitad de Serial gozan de una brevedad intensa. Y “A filo de navaja” como otra versión, como una visión emparentada a lo anterior, quizá sólo separada en la forma en que está escrita, surge en otro modo de decir, no se le mira igual. Si cualquiera pudiera creer suficiente Serial, el impacto de: “A filo de navaja” lo hará levantarse de su silla. Por su sabor, ahora de vertiginosa crónica de la violencia y el quebranto verdadero también violento del testigo y su gente. Son fulminantes y descarnadas instantáneas que se desean verse de nuevo. Esta parte sabe diferente. Escritos con una total sencillez, nacida de una naturalidad envidiable y certera, los poemas ahí reunidos no pudieron ser escritos más que con esa taimada transparencia. Ahí en esa claridad natural y precisa, puede estar el anhelo de quienes esos elementos los confunden con simpleza. Todos esos poemas se beben como un fuerte, pero placentero trago. En su efectividad, quien lo desee puede soslayar al gato, a la novia, parecida a la de los ojos bonitos de Óscar Oliva. Sin embargo éstos son dos referentes a la niñez, a la inocencia aterrada, a una ternura sacudida por la violencia.
  Y el poeta desde el vértigo, cámara lenta, pasa como si fuera otro el que escribe a otro tenor. Igual terrible, dolorosa, pero ahora pausada llega esta tercer parte del libro. Sin el posible híbrido entre poesía y narración brevísima anterior, “Cámara lenta” es un compendio aún más estilizado: es elegante pero filosa su poesía pausada. Dentro de ese contexto de sorpresa y terror, se agradecen los poemas amorosos fuera de los lugares comunes. Desafortunadamente no por el autor, sí por la realidad, dichos poemas están contaminados en su sustancia por la violencia y la tragedia. Y esos ingredientes deleznables también resultan intrínsecos, aún ahí, a todo el contexto del libro. Un estético pero descarnado testimonio de esta época.
 “Sitiado”, nuevamente cambia, ahora casi de un modo total el sabor del libro. Con un tono emparentado al de Alí Chumacero, que casi al igual de los otros poetas citados en los epígrafes al inicio de cada segmento, dan el tono que habrá de seguir, “Sitiado” se viste desde el interior del protagonista y en sus penas cotidianas, conesa luz tropical de puerto. Quizá como una plaquette añedida. Opor ser un descanso de todo ese vertiginoso transitar. Suave, muy poético y sentido, “Sitiado” suenaa sabida tradición poética mexicana. De talante más juvenil y ligero, lleva adherido el desencanto sereno del protagonista. Y a pesar de ello, esa agua negra, esa realidad terrible que colma el poemario, en “Sitiado” no deja de asomarse leve, pero persistente en sus rincones. Así, a todos y cada uno de los que vivimos esta época, por más que nos empeñemos en voltear hacia otro sitio, esa misma realidad, nos guiñará en todas partes.
Andrés Cisneros, Antonio Salinas, Adriana Tafoya y Hugo Garduño

El gentleman del periodismo y la literatura guerrerense

Recibí dos textos en mi bandeja de hotmail, titulados: “Apreciable C. Alejandra Frausto I y II”, y creo que antes habían llegado otros escritos del mismo gentleman: intento leerlos pero me vencen los bostezos, no sé si me los envían para que le conteste o para que lea la sarta de estupideces que escribe sobre mí. No sólo habla de mí, sino también de otros escritores a quienes seguramente sueña día, tarde y noche. ¿Pero, de dónde sale este Miguel Casal de las letras guerrerenses, porque hasta hace algunos años nadie lo conocía? ¿Qué le dijo Aída Espino a este supuesto caballero para que viva en su burbujita de jabón?

Escamotea

Conocí a Gustavo Martínez Castellanos, hace ya algunos años, cuando Aída Espino lo puso como capataz en la Dirección de Cultura y era él quien se encargaba de todo, era el sabiondo: presentaba libros, impartía talleres, dictaba conferencias y hasta se erigió como el salvador de la cultura en Acapulco, sí, cosa de locos. Obviamente cobraba, y muy bien, eso es válido, pero lo cuestionable, es que en aquellos tiempos los demás escritores del puerto sólo observábamos como se engordaban los bolsillos de este sujeto, que ni tardo ni perezoso aprendió a hacer sus mañas, pues me tocó ver un recibo donde estaban por pagársele $50,000. En este tiempo Martínez Castellanos era el escritor apechugado por la directora de cultura mientras duró su gestión. Hasta ese momento este escritosete berrinchudo no sacaba el cobre, andaba muy bien portadito y a todos saludaba con mucho cariño, derrochaba amor por toda la calle Hornitos. Sin embargo, la cosa cambió cuando don premio nobel de literatura de su cuadra, se dio cuenta que le comían el mandado, pues la comunidad cultural solicitó al Presidente Municipal en turno que removieran del cargo a Aída Espino ―no es necesario decir el nombre porque cualquier edil o persona cuerda hubiera hecho lo mismo― pues entre el gentleman y Espino habían tramado que el cargo de directora de cultura continuara por mucho tiempo, y a ninguno de los dos se le notaban las mínimas intenciones de dejar el puesto.

No nos hagamos tontos don sabelotodo, todo tu odio y rencor acumulado a partir de ese tiempo pasa por el simple hecho de que sustituyeron a tu benefactora en la Dirección de Cultura, pero pasa más por el hecho de que te quitaron tu minita de oro y eso sí que te dolió, tanto que se nota que aún no te repones del trancazo. De ahí en adelante has venido escupiendo miserias con el afán de recuperar el dinero que te tocaba solamente por hacerle al tonto poniendo a la doña como mesías de la cultura en Acapulco. Recuerdo muy bien que en aquel tiempo don sabiondo me dijo: ―”Toño, intégrate al taller que doy en Sala Hornitos, ya tengo luz verde para que de mi taller salgan los premiados del Concurso Nacional y Estatal de Cuento José Agustín” (además de otras propuestas que me parecieron dignas de un gran tranza). Y se nota que el gentleman de las letras guerrerenses tenía luz verde, pues échenle un ojo a la página oficial de este concurso (http://premiojoseagustin.org/historia.html) y verán que más de la mitad de los ganadores han asistido a su taller, aunque luego lo abandonan, sus dizque alumnos y de quienes ha dicho que han obtenido premios y merecido becas nacionales, aunque no sé en qué mundo literario ha sucedido esto, y de qué premios y de qué becas nacionales habla. Estos tres chicos serán escritores mientras continúen contigo, de lo contrario serán considerados por tu juicio cicatero como escritorcillos del montón, mozalbetes inútiles, borrachines como los que vienen al Encuentro de Jóvenes Escritores; greñudos, con barbas sin rasurar y mal vestidos. Sin embargo, ya se notó que sólo está criando cuervos que después lo abandonan y le sacan los ojos, y no es para menos, después de exagerar las supuestas cualidades de tus “tallerandos” mientras te sirven, pues tarde o temprano terminan enemistándose contigo. La razón es por demás sabida, te encanta el elogio, el mitote de lavadero y estás hambriento de poder.

Lo que fue el acabose y resultó de muy mala leche para quienes “conocían” al señor caricatura y por lo cual decidieron terminar toda relación con el gentleman; fue que este tipejo le robó $5000 al sacerdote y escritor dominicano Daniel Baruc, que le entregó de buena fe ese dinero para la supuesta edición de una plaquette de poesía, finalmente mal elaborada y con pésima edición. Por cierto ¿quién fue el editor? el “patrón de la sapiencia”, y quien guste revisarla, tengo un ejemplar de la misma. Es triste que ni don Casal de las letras ni la doña tengan vergüenza y aún estén pensando en volver a ocupar nuevamente sus “puestos” en la Dirección de Cultura. Don premio nobel de literatura de su cuadra ha pasado los últimos meses de su mísera vida haciéndole a la llorona mientras tanto, aquellos a quienes critica siguen escribiendo y por su trabajo: obtienen premios, así como becas y además publican en editoriales de prestigio. Ese afán que tiene por demeritar a los escritores Jeremías Marquines y José Dimayuga, no es gratuito, lo hace porque los dos le llevan una considerable ventaja de muchísimos kilómetros literarios recorridos, y no es sólo porque los dos pertenecen al Sistema Nacional de Creadores, o por sus becas, sus premios o únicamente por su obra escrita, sino por el verdadero aporte literario de ambos no sólo a los jóvenes escritores guerrerenses sino a escritores de otras latitudes del país. Seguro esto le arde a cualquier envidioso y le ocasiona fuertes diarreas. Para muestra basta preguntar a los jóvenes escritores no sólo del estado de Guerrero, sino a los de otros estados, en relación a quiénes consideran que son los escritores guerrerenses que tienen como referentes literarios. Cierto es que alguno que otro chavo del puerto sabe ya de la existencia de Gustavo Martínez Castellanos, pero no por su calidad literaria, sino por su bobaliconería y por su lloriqueo marica.

En lo particular, admiro la literatura de dos escritores guerrerenses que radican fuera del terruño, Julián Herbert y Andrés Acosta, el primero ha sido muy criticado por sus severas opiniones sobre la poesía y la literatura mexicana reciente; el segundo, es actualmente a mi parecer, uno de los mejores narradores del país. Mi pregunta es, don señor sapiencia: ¿Por qué no intentas imitarlos siquiera, por qué no les envías tus textos y escribes algo al nivel literario de Julián Herbert o de Andrés Acosta? Neto, realmente quiero leer lo que escribes, porque lo único que conozco de tu obra, además de tus panfletos, es un cuento muy jodido que andabas presumiendo, y lo de presumir en ti no me sorprende, ya sé que es tu onda, pero eso de mostrar basura y decir que no te valoran, que tienes más enemigos que amigos por culpa de “tu calidad literaria”, que no eres escritor del “sistema” y no sé qué tantas mafufadas más. Míster, ya no lo hagas sólo por la frustración alimentada en ti durante todos estos años, hazlo al menos por tus tres alumnos. Si en realidad eres muy chicho como andas pregonando, ¿cuál es tu miedo que tus dizques tres alumnos asistan a un Diplomado en Creación Literaria avalado por el INBA? Ambos sabemos la respuesta, pero sigue haciéndole al occiso que no ve ni escuchada nada: primero homofóbico, y después te das golpes de pecho.

Por ahora me guardaré lo demás, pero voy a empezar jugando con los textos que me llegaron, titulados: Apreciable C. Alejandra Frausto I y II
                                                                                                         Acapulco, Guerrero, 27 de enero de 2012

C. Alejandra Frausto
Directora General del Instituto Guerrerense de la Cultura

I

Espero que se digne a leer esta carta y después se dirija a mí. Sé que usted no da respuestas o que le responde al gobernador (y no a mí) y luego se quiere embolsar las ideotas que cargo en mente. Si esta vez no me responde, créame que por las Ladys de Polanco aprovecharé para entregarle todas mis propuestas y quejas en Word, Excel y Power Point a mi señor gobernador el día que lo vuelva a ver, porque es mi señor gobernador, ya que yo sí nací en Guerrero y, usted es del D.F.

Mi primera propuesta es que haya declamadores, muchos declamadores como en la escuela donde va mi sobrino, si usted asistiera, aunque no sé por qué no se digna a asistir, hasta la harían llorar los declamadores. En nombre de todos, todos los guerrerenses, quiero darle mi segunda ideota: pienso formar un Taller de Creación Cuentística de donde saldrán todos los premios nacionales de cuento en menos de lo que canta un gallo, mi taller será mejor que su diplomaducho, es más, será mejor que los de la UNAM y el INBA, porque aquí lo voy a coordinar yo, aunque usted ignore mi capacidad y la diferencia entre un diploma y un cuento.

Apreciable C. Alejandra Frausto, algo que usted debería de saber es que traigo en mi compu las mejores frases según taringa, ahí va una: Te tengo una gran admiración, por eso te tengo en mi corazón. Tal vez crea usted que esto es un poemita pero le juro que no, es más no hay poemitas ni poemotas, no sé porque dije eso, jejeje. No sé si usted aparte de ser directora del IGC, sea espía del FBI, de la PGR o bruja de Catemaco, porque de otra manera no me explico cómo es posible que todas mis ideotas lleguen a sus manos, mire que llevo ya varios años maquinándolas. Le recuerdo que cuando usted se vaya, tendré mucha, pero mucha chamba que hacer, ya que sacaré al estado del enorme rezago cultural en el que usted y sus secuaces lo han metido.

En primer lugar, déjeme informarle que según el wikipedia en su acepción clásica, se llama diploma a cualquier instrumento o documento expedido por alguna autoridad pública, y un cuento es una narración breve de carácter ficcional protagonizada por un grupo reducido de personajes y con un argumento sencillo. Esto lo digo por si no se lo enseñaron en la primaria. También déjeme informarle que mi taller lo tomará todo el mundo, en cambio a su diplomado de quinta sólo asistirá Manuel Añorve Baños, jajajaja, fue un chiste. Vista de este modo, mi propuesta es más amplia, profunda y eficaz que la suya, y se la he ofrecido al gobernador para que funcione en todo el estado en las mismas condiciones y con los mismos resultados. ¡Y qué digo los mismos resultados! Serán más y mejores resultados. Seguro que usted no ha pensado en cómo llenar su diplomado, no se preocupe, yo le diré como hacerlo: diremos que Aída Espino será la nueva directora del IGC y como la comunidad cultural no la acepta porque he provocado con mis ideotas que salga mal con medio mundo, llegarán todos los cultureros, y listo, cómo la ve. ¿Sí o no soy todo un genio? No sé si ya se dio cuenta que el negocio es redondo: imparto mi taller, edito e imprimo los libros, los presento y si algún pupilo gana algo, digo que es mi ahijado o que soy su padre, literario, no vaya a pensar mal.

Por último C. Frausto, el día de la amistad me enteré que usted reprobó 4º de primaria y que se pinta el pelo de negro para parecer acapulqueña, pero no, usted es de la Condesa o de Las Lomas, a mi no me engaña, aparte de que soy intelectual, cronista, narrador, dramaturgo, traductor, poliglota, periodista, hombre de closet y homofóbico, tomé un curso en diseño de modas; además también yo tengo espías, sino porque cree que digo tanta pendeja.

II

Sé que mi envío anterior generó divorcios, reconciliaciones, la caída en picada del dólar de $11.50 a $11.20, así como los tres goles que México le marcó a Venezuela (y una llamada anónima, donde por cierto, me engañaron, pues me dijeron que Aída Espino, volvería a la Dirección Municipal de Cultura porque así lo había pedido la comunidad cultural entera.) Como soy un hombre de ideotas, le envío mis propuestas para llenar el Diplomado en Creación Literaria.

1.- Agárrese del chongo con cualquier artista y después póngase labial, tómese unas fotografías y mándelas por correo a sus contactos, si me las pasa yo las reenvío, tengo 50 mil contactos que me siguen y mi columna es la más leída del orbe.

2.- Vístase de blanco, así como si estuviera loca y hágale a la llorona y cuando esté cerca del gobernador aproveche para entregarle fólders, cartas, sobres, bitácoras, etc.

3.- Mande a poner una escultura de Aída Espino así como una placa que al pie diga: Primerísima Promotora Cultural de Acapulco para el Mundo. No, mejor que diga: El Sacal de las Letras, el Hombre de las Ideotas.

4.- Arme plantones mitoteros en los eventos culturales a los que no la inviten y si no le hacen caso, miénteles su madre, eso sí, váyase peinadita porque seguro sale en televisión. De preferencia hágalo cuando asista el Presidente Municipal o el Gobernador del Estado.

5.- Entregue uno que otro premio a mis tres pupilos, si no seguiré enseñando el cobre y mi arrogancia de tapanco.

Apreciable C. Alejandra Frausto, tal vez usted piense que soy un chistólogo, que no tuve infancia o que me dolió mucho que ya no sea el todologo de la Dirección de Cultura. La verdad yo quiero ser el nuevo José Agustín, pero sólo tengo un libro publicado, titulado: Mamá soy gustavito, tavito, mito, no haré travesuras.

Por cierto, señora Alejandra Frausto, su IGC está quedando bonito, pero se vería aún más bonito si me pusiera a mí, a impartir mi taller de cuentística. No sé por qué usted hace todo a espaldas del pueblo, de mi pueblo, mi Guerrero, mi Acapulco. ¿No le han dicho que soy la voz de mi Guerrero?

Eso de una escuela de escritores es un insulto a la capacidad intelectual de los guerrerenses, por qué nos insulta y nos humilla de esa manera. Según mis investigaciones a lo largo de 6 años todo diplomado termina con menos asistentes que con los que inició. Nos quiere ver la cara, piensa que somos tontos. Le recuerdo que somos muchos en mi taller (4 asistentes) sólo espero que no me abandone el último chico al que le dimos el Premio José Agustín, fíjese que ya empieza a dejarse el cabello largo y eso no me gusta. La otra vez lo descubrí que anda leyendo los libros de estos muchachos mal educados que beben alcohol y echan desmadre en los encuentros literarios.

A ver dígame ¿Quiénes impartirán clases en la Escuela de Escritores, yo, Jeremías, Jeremías, yo, Jeremías? Lo que pasa es que no sé qué tiene ese tipo que me trae zorra, quiero quitármelo de la cabeza pero no puedo, la otra vez, no me lo va a creer, pero me preguntaron mi nombre y dije: Jeremías Marquines, y si no es por una chica que se rió a carcajadas de mí, no me hubiera dado cuenta, se lo juro, directora.

Antes, era muy bien visto erigir escuelas. Hacían falta. Ahora, sobran. Además, toda escuela pública en Guerrero tiene tremendos problemas laborales y financieros. Vea Ayotzinapa; la UAG, la UPN, Sentimientos de la Nación, los Tecnológicos. La OFA lleva sexenios sin aumento en su presupuesto; a su Conservatorio ingresan quienes tienen dinero. Su producción de músicos profesionales es mínima. En cambio mi taller será maravilloso, espléndido, de otro mundo. Ya no necesitaremos universidades en Guerrero. Les saldrá barato. ¿Para qué mantener a tanto holgazán y flojo que ni estudia y sólo toma por asalto autobuses y gasolineras? En mi taller está la solución al rezago educativo y cultural del estado, créame. Mis proyectos despertarán a los guerrerenses, a mis alumnos les pido que saquen el Fua, y listo. No se burle, créame, téngame fe como Baruc.

Mis propuestas C. Alejandra Frausto, no son un desmadre, son una realidad, lo suyo es un insulto. Lo digo en serio, aunque se ría. Si gusta puedo aceptarle un cafecito y darle más de mis ideotas, pero si quiere que vaya con mis tres alumnos al Diplomado tendrá que pagarme, si no, no voy. Por cierto, una última ideota: ¿Cuánto me van a pagar?


Felicito al poeta atoyaquense Jesús Bartolo Bello, quien la semana pasada ganó el Premio Nacional de Poesía Mérida 2012.


Te abrazo Acapulco donde quiera que estés.

Antonio Salinas

Necedades de poeta

Geovani de la Rosa

Pero quién diablos quiere regresar
si lo que cuenta es aprender
que no está perdido aquello que no fue.
Canción para un viejo amigo, Ismael Serrano

La necedad hace al poeta. En una noche de bar, vi a Serial como un block de hojas sueltas, desamarradas del futuro. Tallereándose por otras tierras. No sabía qué decían, qué tenían, hacia dónde y hasta dónde pretendían llegar. Toño llevaba bajo el brazo los poemas en borrador. Cuando los puso sobre la mesa del bar, ahí, entre las victorias, se veía la necedad del poeta, la necesidad del poeta porque sus letras no fueran hoja suelta, borrador de algo que tarde o temprano terminaría vuelto polvo, vuelto nada.

No sé cómo se hacen los poetas. Sólo conozco lo necios que son, viven sin reflectores y desalariados, preocupados únicamente por detectar qué le quitan o qué le ponen a sus poemas. La impaciencia los somete pero son pacientes. Toño Salinas lo señala: “Estoy vivo porque mi ánimo lo dice/ o porque de plano mi pensamiento es necio como el alba”, como la mañana que a cierta hora resplandece, retorna a su único motivo de existencia, como el escritor, a conjugar lo primero o segundo que se le venga en mente, aunque la “voz sea fruta amarga, sonido que no se oye”; aunque la voz sea insuficiente para defenderse, no ya de las ráfagas, sino del olvido, de la miseria, del mercado, del pan y circo, de la tv, de las tiendas de hamburguesas y los dispensarios de coca-cola. Esas cosas son los retenes falsos que desarman y maltratan la escritura, retenes falsos en los cuales los verdaderos oficios, como la creación literaria, no llaman la atención, no dan el vuelo, el chance, la posibilidad de un ajuste de cuentas para ver qué se hizo mal o qué no se hizo en el ayer.

Deambulo en las siguientes páginas de Serial, Toño recrimina: “¿y por qué tanto pesimismo”. Al fin y al cabo nada es nuevo en este mundo. Siempre nos han desgraciado la vida, con armas, con ideologías y últimamente con infantiles construcciones publicitarias. De esa manera, quizá, es como desgraciamos a Acapulco y hoy pagamos el costo y es alto y es canijo y es para que por fin encontremos una manera sana de tratarlo. No considerarlo como esa “ciudad de fetiches sin rostro, en un lecho de agua turbia, de luz negra”, la imagen de Acapulco que cuelga de Serial. Creemos que con aventar al mar nuestra mierda nos habremos desecho de ella. Hay qué reconsiderar el trato hacia el sitio que nos cobija: muchos somos acapulqueños sin sentirnos acapulqueños, hablamos de Acapulco sin saber qué es en realidad Acapulco, soñamos con Acapulco para agraviarlo cotidianamente. Un vivir sin identidad, sin arraigo. En verdad, ¿amamos a Acapulco?

De pronto, emerge Larisa. Puede ser un viejo amor de Toño, un amor no correspondido, de la infancia. El poeta adolece por ella. Larisa también puede ser el Acapulco que adolece, el cerro que tenemos a unos metros, las avenidas envueltas en transporte público y un ruidal de los infiernos. Larisa puede ser muchedumbre, desafección, el mercado central o las balas que desafinaron la cumbia de Acapulco durante estos años. O la calle y sus descabezados, o el puente peatonal y su colgado, o los coches que se mueven como culebra en una persecución, o la estúpida idea de Calderón, o la insoportable rutina de deambular por la costera bajo el vistazo profano e irritante de militares y federales y creer que con ellos se soluciona el ajetreo.

No, esto no es de balas y conflictos bélicos. Tampoco Serial lo es. Esto es de hambre, de salir adelante, de empeño por ser alguien y tener lo necesario para vivir con tranquilidad. Esto es de desigualdad y falso espectáculo. Pero quizá no nos damos cuenta, quizá andamos como el autor de Serial: “medio perro, medio humano,/ disparando un aullido/ a lo profundo de la sombra,/ doy vuelta en la primera duda/ y tiro mis certezas, me pongo una a la medida de mis años”. Quizá dudamos de todo, no creemos en nada, ni en la tierra que pisamos, mucho menos en Acapulco.

Lo siento, me equivoqué: Larisa no es lo que cuento. Larisa no se merece la culpa sino el canto nostálgico de Toño Salinas por el vicio de quererla, de pensarla, de extrañarla y necesitarla para soportar la rutina y las notas rojas de los periódicos de cinco pesos que anuncia el bocho.

“Aquí nos vamos/ aquí nos perdemos”, “porque todo es olvido”, “todo es una farsa”. Pero como lo dice Toño, necesitamos acorralar el pasado para considerar hacia dónde va nuestro tren, hacia dónde nos dirigimos, qué es lo que queremos hacer de este puerto. Aunque todo sea una farsa, aunque echemos de menos la infancia, aunque la muerte no sepa de semáforos. Lo que importa es aprender, ser necios y no dejar en borrador nuestros sueños aunque estos desfallezcan a cada segundo, instantáneamente. Ser necios como Toño y su escritura.

Antonio Salinas y Geovani de la Rosa en la Unidad Académica de Medicina UAG



Antonio Salinas y Geovani de la Rosa en la Unidad Académica de Psicología UAG