Serial: Nostalgia de lo perdido

Blanca Vázquez

El sentimiento de nostalgia ante el extravío de lo vivido, propone a través de la poesía un afán por tener de vuelta la tranquilidad del ser, buscando en la palabra la distancia que separa el ayer del hoy y reintegrar a los mortales la alegría de sentirse vivos. Porque hoy es noticia estar vivo, no ser presa del constante rafagazo mediático que aturde los oídos, pero aún más las entrañas, que despierta lo nublado de la mirada ante el desastre humano en que nos hemos convertido.

Serial, de Antonio Salinas Bautista es el retrato del recuerdo de aquello que se ha ido escapando de entre los pasos cotidianos de la ciudad, entre las voces huecas del plomazo y del andar perdido de unos y otros. El poemario es espacio donde se mezcla la añoranza y la certeza de verse varado en medio del fuego cruzado de la desazón humana.

Editado por el Fondo Editorial Tierra Adentro, Serial llega a nuestras manos, al proceso táctil, pero sobre todo al tacto interno; la portada a cargo de Rafa Olivarría logra una antítesis semiótica colorimétrica, es el azul de la tranquilidad ante el rojo y negro de la muerte que se vive a diario. Es ahí en el poemario en el que se resbalan los corazones y se infiltran los recuerdos de lo perdido: un amor, un gato y aún la vida. Se pretende un asalto a libro armado, empuñando versos y ejecutando palabras para asaltar la razón del lector.

El lector es para Antonio Salinas su otro yo, su cómplice ante este desfile de versos perpetrados “…Como a ti, afable lector, a mí la ciudad también me mancha de malva desnudez” y es que la ciudad somos todos y todas quienes la vivimos desde nuestros pasos más callados y certeros, en la algarabía y el melancólico recuerdo de aquello que alguna vez transitamos y hoy está entre barricadas, adustos rostros de esos que llaman buenos y malos, y el reclamo de algo que se nos ha robado.

Pero la poesía alivia esos ultrajes, esas contaminaciones que han creado el temor en la ciudad, que no es sino un reflejo de la propia monstruosidad de eso que llamamos humanidad. La violencia parece ser el alter ego cotidiano: Acteal, Hiroshima, Chile, Ruanda, Bosnia, Acapulco, Chilpancingo… todos espacios consumidos por la ”…crueldad para cometer asesinatos” como menciona Jonathan Glover. ¿Qué vive en el ser humano que permite finiquitar a cualquiera de nosotros? “Cuando despertó la noche, ella estaba ahí, amortajada; bella aún; tenía un lucero que iluminaba sus ojos profundos como la duda y el espanto, envuelta en vaho y murmullos.”

¿Dónde se ha perdido la palabra que ya no asombra, que ha enterrado a los vivos en un cementerio de indiferencia y miedo? “Un hombre fuma y tira las colillas como cabezas humanas en las aceras, como un balón de un equipo de nimios resultados, sucede a cuenta gotas contagiar uno que otro día el sueño con lágrimas”. Son las palabras las que nos hacen decirnos humanos, las que producen las emociones ante lo que se vive, las que nos hacen sorprendernos, pero también son las que se han hecho indiferentes. El poeta las hace desfilar y nos hace conscientes de su presencia cotidiana: disparos a quemarropa, encapuchados, encierros, plagiarios, decomisos, ráfagas, vísceras, yacen, fuego, sitiar, troca, militares, tiros de gracia… palabras que se nos han clavado, más que en la piel en el alma. Serial es el recuento de la nostalgia, un anhelo de regresar lo perdido.

Isaías Alanís, Diana Mijangos, Antonio Salinas, Blanca Vázquez

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